Muchos de los movimientos de la
naturaleza y de fenómenos físicos tienen carácter oscilatorio, es un tipo de
movimiento que bajo condiciones ideales puede llegar a ser perpetuo. Este
movimiento se puede encontrar en diferentes maquinas creadas por el hombre, dos
en especial que aunque en un principio parecen compartir solo el movimiento su
relación va más allá. El reloj utiliza el movimiento oscilatorio del péndulo
para marcar las horas, la hamaca utiliza el mismo movimiento para hacernos
olvidar de las horas, del tiempo, del trabajo, de las preocupaciones.
El movimiento oscilatorio de la
hamaca fue reconocido por sus inventores como un regalo de Dios, para los
indígenas la hamaca ha sido, por más de mil años, lugar de descanso,
procreación, parto, transporte y hasta funerario, un regalo de Dios que se ha aprovechado
y preservado. Como si quedara alguna duda de los beneficios divinos de este
mueble, se han realizado diferentes investigaciones científicas en todo el
mundo que lo único que hacen es corroborar lo que ya se sabía desde hace más de
mil años.
La hamaca es el legado de los
pueblos de Latinoamérica, y más que un mueble es un mensaje que justo en estos
tiempos de afán y estrés cobra mayor importancia, un mueble que invita al
reposo, a la reflexión, al descanso, invita a sumergirse en el interior de cada
ser y volvernos livianos, meciéndonos al ritmo del viento, haciéndonos vibrar a
una frecuencia en armonía con nosotros mismos.
Desde HAMAQUIANDO buscamos la reivindicación
de la Hamaca como mueble tradicional de los pueblos de Latinoamérica,
promovemos su uso como una medida para atenuar las consecuencias del ritmo
acelerado y traumático de las ciudades y como el mueble oficial del ocio,
entendiendo al ocio no como el espacio temporal para matar el tiempo sino como
una actitud ante la vida que la haga más digna, libre, critica, creativa y
alegre, una actitud que permita el florecimiento del ser humano desde su
autoconocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario