Una cama, con su rígido
entablillado y pesado colchón, no puede más que sentir envidia de la ágil y
dinámica hamaca que se ajusta de manera precisa al contorno de quien la usa, además
de permitir un movimiento acompasado que nos transporta a niveles superiores.
Ahora imaginen todos
los beneficios de la hamaca estando en pareja, imaginen este pedazo de tela
adaptándose a ambos cuerpos y balanceándolos en un ritmo cadente y candente…
Desde los tiempos en
que la hamaca solo existía en la América tropical, los indios tenían diferentes rituales relacionados con la hamaca y el ciclo vital, desde el nacimiento hasta
la tumba se estaba bajo el efecto del oscilante mueble. La hamaca ha
permanecido igual durante más de mil años y sus usos se mantienen, no solo en
las comunidades indígenas, sino también en el mundo occidental donde se ha
hecho popular su uso.
No queda más que hacer
la invitación para conocer los secretos que tiene guardada la hamaca, que para
las artes del amor puede significar abrir una caja de pandora con miles de
nuevas posibilidades. Mientras que descubren por ustedes mismos la mejor
posición, desde Hamaquiando les recomendamos algunas.
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